La pasta es rica en hidratos de carbono y fibra, razón por la que debe constituir un pilar básico en cualquier dieta. A los niños les encanta y los adultos pueden cocinarla de tantas maneras diferentes que se convierte en un alimento comodín en cualquier cocina. Además, la pasta es fácil y rápida de cocinar y adecuada para cualquier época del año.
Existen multitud de recetas de pasta, aunque normalmente se consume cocida y acompañada de variados ingredientes. Sin embargo, también se puede tomar en ensalada o salteada en la sartén después de haber pasado por la olla. Las normas para cocinar pasta son escasas (salvo en lo que al tiempo de cocción se refiere), lo que da lugar a una gran variedad de platos con este alimento como protagonista. Aun así, en lo que respecta a las salsas, es preferible acompañar la pasta corta (como los macarrones) con salsas espesas, mientras que la pasta larga (espaguetis, por ejemplo) suele cocinarse con salsas algo más líquidas.
En cualquier caso encontramos platos de todo tipo, desde los sencillos macarrones con tomate o espaguetis a la carbonara, hasta los sofisticados fusilli en ensalada o lasaña de verduras.
Pero la gran variedad de platos con pasta no se debe sólo a los posibles alimentos con la que podemos prepararla o a los distintos modos de cocinarla, sino también a la multitud de tipos de pasta diferente que existen. Ñoquis, tallarines, bucatoni, rotini, rigatoni o bigoli son algunos de los nombres italianos que equivalen a distintos tipos de pasta y que a su vez se preparan de manera diferente dependiendo de su formato, su grosor e incluso su relleno.
De modo que son muchos los elementos a tener en cuenta a la hora de elaborar recetas de pasta. Sin embargo, lo maravilloso de este alimento es que permite ser cocinado tanto de manera simple como compleja puesto que la pasta se adapta al perfil de cualquier cocinero. Y eso se agradece.
