Si hay algo que caracterice a los ciudadanos chinos es hacer todo de la manera más ostentosa posible. No hay medias tintas, todo debe ser singular si proviene de esa cultura. El restaurante del chef alemán Maik Damm, el Binjiang One, aporta a los clientes que concurran una cocina europea vanguardista que modificada acorde al paladar oriental con grandes vistas y un salón especial que tiene una temperatura inferior a los 5 grados bajo cero.
Hay un prejuicio que influye de forma negativa sobre los habitantes de aquella región. “A los chinos se les puede dar cualquier cosa, mientras sea costosa ellos creerán que es saludable y de buena calidad”. El cocinero que inauguró el prestigioso establecimiento va en contra de ese ideal que tienen muchas personas de manera “errónea” según él.
“Al no estar muy interiorizados en el tema, como por ejemplo el vino, hay que ofrecerles la mejor calidad y no estafarlos. En la actualidad, ya saben que el tinto es más apropiado para emplearlo con las carnes, mientras que el blanco es más acorde con el pescado”, dijo Maik Damm con respecto a la gente del país.
La merluza chilena sobre suerkraut cremosa y torta de pan integral o el foie gras con phanas casero son las alternativas que se pueden percibir con una mayor frecuencia en el restaurante.
